Esta noche, Independiente perdió con Ceará de Brasil por 2 a 1 en el estadio Governador Aderaldo Plácido Castelo, en el debut del grupo G de la copa Sudamericana.

  El “rojo” tenía que tomar este encuentro como una bocanada de aire fresco, un comienzo nuevo, en blanco, donde debía barajar y dar otra vez, para dejar atrás el flojo desempeño que venía mostrando en la copa de la Liga Profesional. Llegaba tras haber cortado una sequía de seis partidos sin victorias, donde no mereció haberse llevado los tres puntos. No obstante, lo hizo de todos modos tras derrotar a Barracas Central por 1 a 0, el viernes pasado.

  A pesar de llegar en un momento turbulento, en la incertidumbre total desde lo institucional y, en lo futbolístico, sin sus dos centrales titulares, quienes habían sido expulsados en la edición del año pasado, cuando fue eliminado a manos de Santos. Demostró jugar mejor y debió haberse llevado los “porotos”. El dueño de casa, que en los papeles parecía ser el rival a vencer, dejó de manifiesto ser un equipo muy limitado, con una floja línea defensiva y corto de ideas en la zona media.

  ¿Por qué se quedó con el triunfo el Ceará? Porque a pesar de lo ya mencionado, una “siesta” de 5’, le costó al “diablo” tirar todo por la borda. Fueron errores individuales y puntuales los que explican el por qué del resultado. A los 11’ de comenzado el cotejo, Ayrton Costa ve la tarjeta roja por doble amarilla, tras cortar un contragolpe del oponente. Instantes antes había sido amonestado por una discusión, innecesaria, con John Mendoza. Con 80’ por delante, empezaba el enfrentamiento en desventaja.

  A los 32’, Andrés Roa traslada, deja varios adversarios en el camino, cuando se le va larga la pelota, traba y gana el rebote, que le queda a Leandro Benegas, quien de primera habilita a Gastón Togni, mano a mano no perdonó. Era justo el resultado, a pesar de tener 10 jugadores, ya que manejaba los tiempos del trámite. Pudo haber estirado el tanteador, a los 40’, tras un tiro libre de Lucas Rodríguez, Joaquín Laso queda sólo en el área, asiste a Benegas, mas la “caprichosa” le queda muy incómoda y no puede cabecear bien; pasa muy cerca del arco defendido por João Ricardo.

  El otro error fue de Lucas Romero, que fue a tapar un remate con su brazo extendido, dentro del área. A los 16’ del segundo tiempo, el árbitro no dudo en sancionar tiro libre penal y Mendoza lo cambió por gol, a pesar de que Sebastián Sosa había adivinado el palo. No hubo que esperar mucho, a los 21’, córner de los brasileños, Sosa duda, queda a mitad de camino y el esférico rebota en su cuerpo, tras disputarlo con Zé Roberto y este entró, mansamente, al fondo de la red.

  Eduardo Domínguez también tiene su cuota de responsabilidad, ya que no fue ambicioso con los cambios que hizo, pero esto se puede entender como una estrategia, pensando a largo plazo. Leodán González no pasó desapercibido, ya que fue muy estricto en todas las infracciones (demasiado), además, expulsó a Nino Paraíba para equiparar las cosas.

  La derrota nunca es bienvenida, aunque el nivel mostrado por los de Avellaneda deja ver una luz al final del túnel. En esta fase de grupos, entre cuatro rivales, sólo clasificará a la próxima instancia uno, por ello es lógico, no ver este resultado de manera catastrófica, ya que, a este rival, los dirigidos por Domínguez podrían devolverle la gentileza en Alsina y Bochini. La diferencia de gol suele ser trascendental en este tipo de instancias.

  Tendrá revancha pronto, primero en el aspecto local, el sábado 19 hs, cuando reciba a Tigre, uno de los punteros de la zona B, y luego hará lo propio por este torneo internacional, frente a General Caballero de Paraguay, el próximo martes a las 21:15 hs, en el estadio Libertadores de América Ricardo Enrique Bochini.

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